sábado, 5 de diciembre de 2009

De demasiado tiempo a demasiado poco


Después de estar agosto y buena parte de septiembre ocupada en la actividad gratificante de rascarme la panza a dos manos me tocó volver y ahora solo quiero parar y descansar.

Obviando el tiempo en el que no he escrito ahora mismo me encuentra con el papeleo de la beca solucionado y metida de lleno en el máster (del universo) que tengo que hacer parta poder llegar en un futuro a medio plazo, a ser doctora. El regreso a las aulas ha sido como una especie de "vuelta al cole"

Mi vuelta al cole ha sido un dejá-vu continuo, mi misma facultad, los mismos pinchos de tortilla rellena (que buenos están!), los mismos profesores, etc. El volver a pasar frío en clase me parece tercermundista, se supone que somo "excelentes" o eso dijo el ministerio y aun estamos como en tiempos de maricastaña, helándonos de frío en media facultad. En fin, me queda tiempo de sobra para sufrir las condiciones lamentables de la vida en un edificio con unas infraestructuras manifiestamente mejorables. Afortunadamente los profesores son del mejor departamento de la facultad, los que no se dedican a putearte infinito en la carrera, etc.

Lo peor de las clases es que el máster es en "formato Bolonia" lo que hace que tengamos que estar semana sí, semana también entregando trabajos o ejercicios y no tengamos tiempo de respirar. El formato bolonia tmabién supone que tenemos un tiempo en casa que tenemos que cumplir de estudio. Pero teniendo en cuenta que estamos hasta arriba de trabajos y que loq ue dan en clase no deja de ser un índice para que luego nosotros busquemos el resto de información por nuestra cuenta estamos hasta arriba y sin tiempo para respirar.

Lo mejor de todo es el ambiente de clase, estamos todos tan sumamente agobiados, sin tiempo para respirar que tendemos a hacer piña y a ayudarnos unos a otros. Hacía tiempo que no tenía una clase en la que reinara el buen ambiente tanto. En nuestro caso las condiciones adversas han sacado lo mejor de nosotros.

En resumen, no tengo tiempo de aburrirme proque no tengo tiempo pero estoy feliz de la vida con mi oportunidad. Aunque lamentablemente he recaído en mi vicio: he vuelto a chutarme dosis ingentes de cafeína y azúcar. Maldico café de máquina, ¡qué malo es!