sábado, 28 de marzo de 2009

El video setentero


Esto no es una queja, pero tenía que escribirlo...

Como no tengo oficio ni beneficio porque hasta el momento nadie me ha querido dar un trabajo, y no es que no lo haya intentado, tengo que tener una ocupación por mínima que sea y esta es un curso que se desarrolla los sábados por la mañana. Las mañanas de los sábados no están hechas para madrugar y/o ir a clases pero como yo creo, o por los menos espero, que después de ese curso, con mi acreditación y la ayuda del destino, de Dios o del Flying Espaghetti Monster (cada uno que crea en lo que quiera que para eso estamos en un país libre) al fin coneguiré engañar a alguien para que me de un trabajo pues ahí estoy.

Bien, el asunto es que esta mañana en el curso nos han puesto un video como colofón de una mañana aburridísima en la que he tenido que consumir una cantidad ingente de cafeína para evitar sucumbir al sopor de la charla del ponente de hoy. El tema del video en cuestión es respetable y puede que el video en el momento en el que se produjo fuese instructivo, eso no lo pongo en duda, pero casi me muero de la risa viéndolo.

El video dataría, haciendo una estimación, de finales de los años 70 o principios de los 80, me baso para calcular la época degrabación en la estética de las personas que salían en el video y en los ordenadores que aparecían. Estaba producido por una multinacional americana de prestigio y supongo que su función era la de instruir un poco a los trabajadores y concienciarles acerca del tema que trataba. Era un video sencillo aunque no corto con esplicaciones muy comprensibles, consignas bastante recordables, y ligeramente risibles, y con un alegre entrenador de beisbol como prensentador.

Puede que por mi desmesurada afición a Los Simpson y Padre de Familia estubiese un poco predispuesta a reirme de los "videos educativos" del tipo del que nos mostraron, pero apenas pude contener la risa. El video me recordó algunos de los que se ven en las series de la Fox que he comentado, como el de Padre de Familia "¿Cómo identificar a un gay?" o cualquiera de los videos de Troy McClure. Apenas podía mirar a la pantalla y me costó mucho, muchísimo mantener la compostura, aunque no se si lo conseguí con mucho éxito. Lo peor no se si fue que cuando miraba a mis compañeros sentados a derecha e izquierda también se reían y no servían de apoyo para contener la risa o lo mal que lo pase para que el pobre hombre que nos había aburrido soberanamente durante toda la mañana no me viese reirme de su bienintencionado video.

Esta semana he tenido poco que hacer y he estado bastante aburrida, pero lo de hoy me ha alegrado el fin de semana. Por lo menos estoy terminando la semana con risas.

martes, 24 de marzo de 2009

Me abuuuuurro!!

Después de pasar la semana pasada por el estado de desesperación y más tarde por el de resignación ahora me aburro.

Necesito un poquito de acción, aunque solo sea una entrevista normalita para un trabajo deprimente. Algo que me haga salir de mi rutina que actualmente, sobre todo por las mañanas, me está matando de aburrimiento. Supongo que esto no es en sí una queja propiamente dicha, porque si me quejase de que no tengo nada que hacer un montón de gente agobiada por su trabajo o por sus estudios podría sentir impulsos homicidas hacia mí.

Llevo desde hace casi una semana sin tener noticias de nadie, ¿es que ya ninguna empresa quiere hacerme una entrevista surreal? No me puedo creer esta calma tan repentina, después de años teniendo el tiempo menos que justo para comer ahora llevo el ritmo de vida más desacelerado que hubiese podido imaginar. Mi única actividad es intentar encontrar trabajo y eso puede llevarte una cantidad limitada de tiempo el resto del día está ahí, desperdiciado en su mayoría.

Mirándolo desde un prisma diferente y positivo estas semanas de no hacer nada compensarían los 6 veranos que me he tenido que pasar estudiando. Quizás debería tomarme todo esto como unas vacaciones acumuladas a lo largo de estos años atrás de hacer demasiado y de no tener tiempo de respirar quizás ahora me toque estar una temporada descansando. Mirándolo así no parece tan malo el no hacer nada, y yo se que en realidad no es tan malo. Lo peor vendrá cuando tenga que volver a acostumbrarme a no tener tiempo. Espero que dentro de no mucho pueda quejarme y añorar mis semanas de inactividad.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Hay que tomárselo con humor


Después de mi última entrada con este título puedo parecer un poco bipolar, pero es que soy así, el caos es algo que llevo conmigo. En algunas ocasiones, las menos, me apetece ser pesimista pero se me pasa rápido y muchas veces ni siquiera se me nota.

Después de mi última pataleta y de dejarme caer, o más bien lanzarme, en el desánimo vuelvo a un estado que podría llamar normal. En mi estado normal tiendo más bien a tomarme las cosas con humor, o por lo menos con todo el humor que me es posible. Ahora mismo estoy decidiendo si esta mañana ha sido normal o no, estaba pensando en inclinarme por el sí, pero pensando en lo que me he encontrado aun no lo tengo decidido.

Lo que me tocaba hoy no era una entrevista, era un proceso de selección para hacer un curso. En primer lugar el curso ni siquiera está aprobado, ni financiado ni nada, pero ellos van haciendo el proceso de selección por si acaso, para ir adelantando. La cita era a las 9:30 de la mañana en un lugar en medio de la nada, afortunadamente había un apeadero de cercanías a unos 200 metros de la nada. Preferí no ir en coche para no perderme y porque teniendo en cuenta que tendría que levantarme unas dos horas y media antes y que yo por las mañanas y con poco café tengo las capacidades mermadas consideré que yendo en tren no pondría en peligro la integridad física de nadie.

Lo que me encontré:
  • Unas 35 personas, o alguna más, para 10 o 15 plazas de curso. Algunas de esas personas tenían aspecto de ser como yo, recién licenciados o diplomados o algo con pinta de "he ido a muchos sitios y si me cogen en el curso por lo menos tendré una actividad diaria que no sea deprimirme por el panorama laboral" Había otras personas que tenían pinta de necesitar el curso más que yo, víctimas de la crisis, gente con experiencia y con familia que mantener. Y había un grupo de personas al que oí hablar (el sitio era pequeño y se escuchaban las conversaciones) y que al parecer son verdaderos profesionales de hacer cursos o, por lo menos, de intentar hacerlos. Una chica de ese grupo dijo que hebía ido al proceso de selección de este curso otras 3 veces, y yo me pregunto, "¿no te estarán queriendo decir algo si no te han cogido ya?"
  • Dos test psicotécnicos para hacer en el tiempo en el que se puede hacer solo medio. Un test de cálculo mental, con problemas puestos en pesetas, como los del cole. Este test me salió muy bien y quiero desde aquí agradecérselo al profesor Ryuta Kawashima, esas noches jugando al Brain Training sirven para algo... El segundo test tenía más gracia, lo llamaban de mecánica y tenía preguntas sobre poleas, engranajes, palancas y demás. Teniendo en cuenta que yo no veo una polea desde la física y química de primero de bachiller uno se puede hacer una somera idea de cómo me fue este test.
  • Según los organizadores el curso se aprobará para abril y comunicarán por teléfono o por ¡¡¡carta!!! con los seleccionados.
Viendo todo esto yo llego a la conclusión de que he hecho dos exámenes, rellenado una ficha con mis datos, entregado un CV y escrito una carta de presentación e interés para un curso virtual. Pero no porque se imparta online, es virtual porque aun no es real. Con esto podría decir que he perdido una mañana, un billete de ida y vuelta al medio de la nada y el tiempo. Teniendo en cuenta que la alternativa hubiese sido quedarme en casa en el fondo agradezco estas situaciones porque me hacen salir, airearme y conocer nuevos lugares. Por cierto, el medio de la nada está rodeado de prado, casitas y una ruidosísima autopista. Por lo menos hace sol, el día está templado, he aprovechado para hacer unos recados de la que volvía y por hoy ya he caminado lo que todos los médicos recomiendan.

lunes, 16 de marzo de 2009

Me apetece ser pesimista


Hoy tengo el día tonto y me no tengo ganas de animarme, ni de ser positiva, ni de poner buena cara.

Había esperado para postear hoy y he estado ausente el fin de semana porque tenía una entrevista esta mañana y quería esperar hasta después por si acaso entraba en la categoría de surrealista y era digna de una entrada aquí en el blog. Pero lo cierto es que la entrevista fue normal, aunque puede que eso es lo reseñable, pero al mismo tiempo me ha dejado un poco alicaída.

Era una entrevista para un puesto que ni mi atrae, ni me importa y que seguramente no me darán. Como siempre el sitio estaba a media hora en bus más 20 minutos andando y de la que volvía a casa me dio tiempo a pensar, con la música del mp3 de fondo me preguntaba ¿qué estoy haciendo? Quizás me estoy aferrando demasiado a mi "terruño" quizás me gusta demasiado la comodidad de tener familia y amigos demasiado cerca y debería seguir el ejemplo de muchos que se han ido de aquí. Tengo un plazo y una espera que se me está haciendo eterna, aunque solo son unos meses. Dentro de un par de meses sabré si los del MCINN me hacen un poco de caso o no

Hoy no me apetece ser positiva y me apetece deprimirme por un momento y quejarme de la mala suerte de tener que enfrentarme a entrevistas en las que tengo que poner buena cara aunque el puesto me importa, por ponerle una cifra entre 0 y un número negativo. Me apetece quejarme, aunque eso en mi es bastante normal, pero hoy me apetece quejarme amargamente, como una plañidera. Hoy tengo el ánimo de luto y no me apetece que nadie me anime, no me apetece poner buena cara y no me apetece pensar que todo va a salir bien.

El ordenador ha puesto de su parte y desde que empecé a escribir esta entrada (lunes 16 a las 14:30) hasta que la he terminado y publicado (martes 17 a las 12:57) han pasado horas, unas cuantas horas. Y todo porque al trasto le ha apetecido declararse en huelga y colgarse, o quizás la culpa sea del proveedor de internet o puede que en realidad la culpa sea mía que he interferido en su funcionamiento porque el ánimo oscuro lo ha deprimido a él también. Pobrecito trasto que también tiene derecho a quejarse.

jueves, 12 de marzo de 2009

Mi pequeño mundo surreal


Siguiendo en mi línea de acudir a entrevistas de trabajo cada vez más surrealistas esta última no ha sido la peor, igual la cosa empieza a mejorar.

Una de las razones que me empujó a lanzar mis quejas a la nada inmensa de la red fue que había entrado en una espiral de ir acudiendo a entrevistas de trabajo en las que nunca nada iba como debería. Cuando esté una temporada sin nada que contar (sería raro para mí porque nunca me quedo sin cuerda) haré una pequeña recopilación de las situaciones previas pero ahora creo que merece la pena reseñar la de anteayer.

En mi frustración por encontrar un empleo medianamente digno a la espera de que los del ministerio de ciencia e innovación pongan el huevo y decidan a quién le otorgan las becas FPI de doctorado me he lanzado a inscribirme en ofertas que nada tienen que ver conmigo pero que si me cogiesen ganaría algo de dinero mientras espero. Uno de estos empleos era de teleoperadora. A pesar de que una amiga trabajase de teleoperadora y me dijese que era una mugre y que te explotaban eso no me hizo resignarme, pensé que menos da una piedra y peor es tener que vender puerta por puerta que además pasas frío y te miran feo.

Normalmente esta gente recibe tantos CV que llaman a los 10 o 15 primeros y si tienes suerte pues te seleccionan para ser explotado. Yo fui uno de esos CV afortunados, recibí la llamada y concerté una entrevista, a media hora en bus desde mi casa, a una hora medianamente decente. El día señalado me presenté allí con mi cara de "si me coges bien y si no que te den" y con el ánimo en el mismo estado que la cara. Rellené un formulario que me entregaron, esperé porque esa es la forma que tienen ellos de darle emoción y cuando me hicieron pasar me atendió un joven unos 6 o 7 años mayor que yo con cara de saber lo que hacía menos que yo misma. Después de un par de preguntas de manual (las típicas que encuentras en los decálogos de "10 preguntas que te pueden hacer en una entrevista de trabajo") y después de que yo le dijese que estaba segura de poder desarrollar la labor de teleoperadora estupenda y maravillosamente el individuo entrevistador se me queda mirando con cara de póker y me dice "Esta entrevista no es para teleoperadora, es para comercial" Mi cara reflejaba algo más o menos así: "con tu pan te comas el curro de comercial a comisión porque a mi no me timas" y le dije que era imposible, porque yo estaba segura de haberme apuntado a la oferta de teleoperadora y no a la de comercial. El entrevistador cambia su cara de póker por cara de "alguien la ha cagado y yo no he sido" y consulta en su portátil la página web de empleo en la que tenían colgadas sus ofertas (en este caso fue laboris , por si a alguien le interesa, es una mugre de página donde las ofertas se repiten días y días pero hay que probar de todo por si acaso) Después de un par de minutos el entrevistador pone cara de "pues quien la ha cagado es el becario de administración" me da la razón, me pide disculpas por la confusión y me dice que ya me llamarán para lo de teleoperadora si eso. Vamos, traducido es: te aguantas por el paseito y espera sentada a que te llamemos el día del juicio final.

La conclusión fue que perdí más o menos dos horas y un billete de ida en bus (a la vuelta me colé en el tren porque la portezuela estaba abierta y no me hizo falta cancelar el bono transporte) Después de esto ha habido alguien que no ha podido seguir diciéndome para consolarme que lo que me pasa a mi le pasa a todo el mundo porque como aun no he hecho una entrevista de trabajo normal estoy rompiendo estadísticas. Se que los hechos por separado no dejan de ser anécdotas, casualidades que podrían pasarle a cualquiera, pero todos juntos uno detrás de otro rompen las leyes del caos. Igual es que yo atraigo la entropía, el desorden o igual es que Dios o el Flying Spaghetti Monster tienen mucho sentido del humor.

Sin embargo no pierdo el ánimo por ahora.

lunes, 9 de marzo de 2009

Redundandia blogger

Esta queja va de blogs, de los que he tenido el privilegio de leer unos pocos y ahora me hago la pregunta. ¿Es realmente útil un blog en el que te digan cómo hacer un blog?


Desde que se me ocurrió la "brillante idea" de hacer un blog, para compensar el tiempo libre que tengo gracias a que el trabajo me rehuye, hasta que lo creé no pasó demasiado tiempo. Pero desde que creé el blog hasta que me planteé, ¿esto lo va a leer alguien? pasó aun menos...

Más como curiosidad que por verdadero ansia de protagonismo llevo unos pocos días mirando por la red y leyendo una y otra vez los mismos consejos acerca de "Cómo conseguir que tu blog lo lea alguien más que el tato" Me parece muy curioso que uno de esos consejos sea "escribe sobre blogs" No se si esta tendencia está bautizada, pero me pareció oportuno darle un nombre: redundancia blogger. Me he encontrado en la red hay un ciento y más de blogs que tienen como tema los blogs. Se alimentan unos a otros porque se copian y pegan los artículos, en algunos casos sin citar, con el fin de que alguien los lea, vea la foto que tienen en el perfil (en algunos casos muy lamentable) y les reconozca el soberano esfuerzo y la originalidad que han tenido para conseguir que alguien les lea.

Después de estos días curioseando no he llegado a ninguna conclusión provechosa, no he alcanzado un conocimiento que necesitase, ni me ha aportado absolutamente nada la lectura de esos artículos. Por esto me pregunto, ¿qué es lo que pretenden esos bloggers? Entre medias he encontrado artículos interesantes y algunos verdaderamente didácticos que me han ayudado a que mi humilde sitio sea un poco más acogedor en cuestión estética. Pondría aquí agradecimientos a las páginas que me han ayudado pero lamentablemente tengo la mala costumbre de llegar a ellas siguiendo links y cada vez que voy a apagar el ordenador limpio los archivos temporales, con lo que no sería capaz de volver a llegar a ellas.

Podría decirse que lo que he hecho trasteando por la red curioseando en esos blogs ha sido una pérdida de tiempo, pero como tiempo es algo que tengo ahora mismo en cantidades ingentes no me importa desperdiciar un poco aquí y allá.

Yo tengo bastante claro mi pretensión con este blog: No pretendo absolutamente nada. Es para mí una forma como cualquier otra de entretenerme estando sentada y calentita en mi casa. Quizás pueda atribuirle a escribir una cierta cualidad terapéutica, pero poco más.

Después de este post puede que yo también merezca tener un hueco dentro de la categoría de blogger redundante, al fin y al cabo es un artículo en un blog hablando de artículos en otros blogs que hablan de artículos en otros blogs, etc, etc. Esto es como poner un espejo delante de otro y mirar a ver si encuentras el final, realmente de lo que me quejo es de la falta de originalidad, de frescura y de la abundancia de morro que hay por internet. No soy de los que creen que ya está todo inventado, estoy segura que a las cosas se les puede dar otra perspectiva, te puedes "inspirar en" pero la cultura del copy paste es un poco lamentable.

sábado, 7 de marzo de 2009

Apología de la queja

Mis quejas, en concreto las que lanzo a la nada aquí, no tienen finalidad ninguna, no pretendo que nadie me lea y me atienda pero hay ocasiones en las que las quejas si tienen un fin y en las que pueden ser útiles o no. Mayoritariamente las quejas o reclamaciones o no son atendidas o no tienen utilidad ninguna o ambas cosas a la vez por eso cuando surten efecto parece que ha merecido la pena el haber ejercido tu derecho al pataleo.

En estos casos hay una de cal y muchas de arena, o al revés, porque nunca he sabido si en este dicho lo bueno era la cal o la arena. De las veces que me he quejado persiguiendo un fin (no cuento las veces que me quejo por quejarme o porque algo me parece injusto aunque no lo pueda arreglar, que conste que me quejo en la red porque a mis seres próximos los tengo aburridos ya y no se lo merecen) creo que una vez que me han dado la razón y he conseguido algo. Lo cual me hizo sentir muy feliz, porque es fácil ser feliz cuando una compañía te da la razón y encima consigues algo provechoso.

Me quejé ante un atropello de una compañía telefónica, y después de infructuosas llamadas infinitas, de que varias teleoperadoras me dieran la razón pero me dijeran que ellas no podían hacer nada y tras un mail MUY iracundo me hicieron caso, me dieron la razón y me regalaron dinero para llamadas por las molestias. Después de esto le agradezco mucho a las teleoperadoras del call-center su atención, porque son una benditas y que me aguantaron, una de ellas más de media hora intentando solucionarme el problema, aunque yo siempre me porto bien y no les increpo, que se que no tienen la culpa y que están explotadas laboralmente. Pero por esto me regodeo en mi victoria, porque aunque sea nimia yo lo considero una victoria.

De ahí mi apología de la queja, ¡HAY QUE QUEJARSE! porque si yo no hubiera persisitido, no me hubieran dado la razón y me hubiese quedado sin mi satisfacción personal de haber vencido. Eso sí hay que ser amable con el personal, que no se consigue nada maltratando a la pobre persona que está detrás del mostrador o detrás del teléfono, que ellos no tienen culpa ni poder para solucionarte nada al instante.

Habrá quien piense que para una sola vez que me han hecho caso no merece la pena estar quejándose siempre que algo no esté acorde con lo que te han prometido o que te atropellen porque ellos pueden y son grandes y tu eres un simple consumidor. No es así, con el mero hecho de formular la queja ya queda constancia de tu desacuerdo (y a una mala puedes usar la copia por escrito par air a consumo y hacer un poco la puñeta, que igual así si que te hacen caso) ya te estás desahogando un poco y, aunque parezca que no, las pequeñas tiranteces diarias que generan las quejas no formuladas hacen que acumules estress. Yo defiendo la queja como terapia anti estress, pero siempre la queja educada que no es necesario estresar a los demás

jueves, 5 de marzo de 2009

El por qué de esto

Las razones son bastante sencillas y se podrían resumir en una, me quiero quejar. Pero no es solo por quejarme ni por lanzar improperios contra el universo, la entropía o la fuerza del sino. Porque a todos ellos les podría echar la culpa de esto. Me quiero quejar de mi "Don de la oportunidad" porque para que lo sepais todos yo soy muy oportuna.

Soy lo suficientemente oportuna para conseguir terminar la universidad justo en medio de una crisis económica. Después de pasarme años estudiando, porque yo he sido una de esas personas que iba a la uni a estudiar y no a jugar al mus, me encuentro con que el momento preciso para acabar mis estudios es el peor momento. Ahora pienso que si hubiera dedicado más itmepo al futbolín o al mus igual habría terminado cuando todo esto estubiera un poco mejor, quizás un par de años de más tampoco hubiesen sido una tragedia... Pero no, yo tenía que acabar justo ahora.

Nunca ha sido fácil encontrar un trabajo después de salir de la universidad, pero es que ahora el tema está mucho más que negro. Aprovechando la crisis los procesos de selección a los que he tenido la "suerte" de ir han sido más un circo de tres pistas que otra cosa. No se si lo hacen por divertimento o por sadismo pero en las entrevistas a las que he ido me he visto inmersa en situaciones que están entre lo desquiciante, lo humillante y lo deprimente. Lo mejor es que estoy segura de que aun quedan cosas más "interesantes" por llegar, ya iré comentando mis situaciones pasadas y futuras.

Se que no soy la persona en la peor situación, ni soy la única, pero ¡qué narices! yo tengo derecho a quejarme y mientras haya un soporte virtual que lo permita aquí estaré.

Oportuna,

maullándole a la luna