jueves, 18 de octubre de 2012

Yo ya no se de qué me extraño...






Podría hacer referencia a un post que hablaba de la falta de vergüenza de una compañia en concreto, porque ayer noche me he vuelto a dar de bruces con un caso casi, casi igual. La pega es que esta vez he tenido que intentar solucionarlo desde un país extranjero.




Cuando contratas un servicio por teléfono/internet en teoría la forma de darte de baja debería de ser la misma que la del alta. Esto es, deberías poder rescindir tu contrato por una vía sencilla y rápida de la misma forma que lo pudiste formalizar. La teoría está bien, yo soy consciente de que las empresas hacen lo posible para que no te puedas dar de baja. Pero como no pensé que fuese a tener ese problema hasta ayer vivía muy feliz en mi mundillo paralelo en el que penseé que todo estaba solucionado.

En mi caso el contrato que yo quería rescindir era el seguro de mi pobre coche viejo, A.K.A.: Marty. En las condiciones de este seguro, si el bien desaparece, esto es que el vehiculo se da de baja, el contrato se rescinde automáticamente. De acuerdo a esto y cuando Marty pasó a mejor vida y fue sustituido por mi máquina actual avisé al seguro antiguo, me dijeron que se habían dado por enterados y pasé a formalizar un seguro diferente para el nuevo vehículo a motor. Yo quedé muy contenta y llevaba unos meses disfrutando de mi peque nuevo.

Ayer noche, desde mi "exilio", cercano a casa pero exilio al fin y al cabo y en el que me encontraba felizmente realizando una estancia de investigación de tres meses, entré en la web de mi banco a comprobar los cargos de la tarjeta. En el momento en el que vi mi saldo el estómago se me dió media vuelta y pensé que había habido algún tipo de error porque ese bajón repentino no era normal. Por lo que parece en realidad los de mi seguro anterior no se habían dado por enterados de que el pequeño Marty ya no se encontraba operativo y me habían pasado a cobrar la prima anual de su seguro, lo cual es una pasta...

Desde mi exilio, por la noche, sola en el cuarto y muy, muy cabreada intenté dormirme sin éxito para intentar solucionarlo todo por la mañana. Decida a que en cuanto en España fueran horas de oficina llamar para solucionarlo. Este tipo de empresas tienen un pequeño inconveniente, que es que los número de teléfono a los que hay que llamar son 902 y se conoce que no es tan sencillo llamar a estos números desde fuera de España.

El cabreo se iba acrecentando a medida en que no conseguía llamar, no conseguía un número alternativo y pensé que tendría que coger el coche, viajar a España e ir a la oficina de la compañía en Madrid a arrancar cabelleras o algo parecido. Al final, cuando estaba interiormente acordándome de los ancestros de la trabajadora de la compañía que en febrero me aseguró que todo estaba solucionado conseguí el número y llamé. Por lo que se ve, la señorita que en febrero me atendió no anotó que no quería continuar con mi seguro y ahora tenía que proceder a: primero, cancelar el seguro en un plazo de 30 días y segundo, devolver el recibo del banco. Después de esa información procedo a decirle a la nueva señorita que me cancele el seguro, lo hace y me dice que me enviará un documento por mail que tengo que devolver firmado por correo ordinario o fax.

Esto me lleva a la reflexión, bien, si pude hacerlo todo por internet y teléfono  ¿por qué no me dejan cancelar definitivamente mi contrato por esa vía? Tendré que hacerlo como dicen porque no me queda elección, pero estos inconvenientes unidos al hecho de que el número del fax es también un 902 y no estoy segura de poder llevar a cabo la transacción con éxito desde el extranjero acrecientan levemente mi mala leche.

Después de reflexionar, cabrearme un poco más, acordarme de más ancestros y perder el autobús que normalmente suelo coger me decido a dejarlo todo solucionado y llamo al banco. Esto es tarea más fácil, tienen varios números 902 y normales para que llames al que más rabia te de. Después de hablar con un atentísimo teleoperador consigo devolver el recibo y recuperar mi dinero.

El resultado es: una cantidad de dinero aun por determinar gastado en llamadas en roaming, un cabreo interesante, despotriques varios, dos autobuses y una mañana de trabajo perdidos. Y una queja larga y airada que colgar en el blog que casi me había olvidado que tenía.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Cajín es cajón, como cojín es a X



Hace mucho mucho tiempo mi padre me dijo que una revista publicó esa frase, rematándola con "y a mi me importa tres X que me cierren la edición" En aquel momento lo hicieron para protestar por un secuestro de la edición por parte de la censura. En este caso a mi hay cosas que me importan tres X y que no por ello me las dejan de decir.

Después de tanto tiempo sin escribir la necesidad de volver a ello me ha sobrevenido en un momento un tanto extraño. Estoy lejos de mi casa disfrutando de uno de los beneficios de ser becaria FPI que es el poder hacer una estancia de investigación en otro laboratorio del extranjero. Mi destino en el extranjero ni es lejano ni es exótico, pero por lo menos es muy divertido, no tengo horarios exclavistas y estoy conociendo un montón de gente interesante.

Podría casi, casi decir que estoy disfrutando de hacer el Erasmus que no hice. La verdad es que aquí estoy disfrutando de cosas que llevaba tanto tiempo sin hacer que había olvidado lo bien que sientan. Pero también tengo la pequeña desventaja de que al estar en la distancia hay muchas noticias de las que no me entero bien, o me entero tarde. Aunque en realidad internet y el teléfono móvil son una grandes armas para transmitir la información interesante.

Recordando lo que posteé hace un tiempo y después de finalmente conseguir que las personas a las que quería expulsar de mi vida virutal fueran exorcizadas de mi existencia on-line siempre hay alguien con vocación "porculera". Claro que supongo que hay veces que no me hago entender correctamente y se pueden malinterpretar palabras como "no quiero saber nada más de tí"... En fin, que una de las armas de transmisión de información no es tan fácilmente bloqueable como las demás y hace unos días que me llegó un mensaje con una información que a la vez me era indiferente pero no.

La información en sí no era nada que no fuese esperable, que yo ya hubiese pronosticado y que daba por hecho. La información sólo hacía que confirmar lo que yo ya sabía y darme la razón, la verdad es que siempre está bien que te den la razón... Por eso en una gran parte me era completamente indiferente en cuanto a que yo lo vi venir hace ya tiempo.

La parte en la que no me es indifirente es aquella que implica que yo no quiero tener contacto con la persona que me la hizo llegar, no quiero saber sus noticias buenas o malas y me importa tres X que esa persona sienta la imperiosa necesidad de transmitirme la información que sea. Este tipo de personas que se creen mejor persona por decirte "así lo sabes por mí y no por los demás..." no me importan ni tres X, porque están fuera de mi vida desde hace tiempo porque yo las he echado de ella.

Si yo he decidido que no quiero saber que existes... ¿por qué crees que me parece de "buena persona" que me informes de tus andanzas? En mi opinión y después de sufrir las explicaciones y noticias que descargan su conciencia y le dejan como una persona tranquila, creo que simplemente es una de las personas mas egoistas que he conocido. Que le vaya bien, pero cuanto más lejos de mi vida mejor.