lunes, 30 de septiembre de 2013

¿Estaré cometiendo un error?

Ese tipo de pregunta siempre viene a mi cabeza, haga lo que haga, decida lo que decida... Siempre termino por dudar de mí misma, no se cómo me las apaño pero la mitad de las veces que tengo que tomar una decisión y estoy casi segura de ella termino pensando si esa decisión será un terrible error de esos que me van a perseguir para siempre.

Ahora mismo tengo varias decisiones más o menos tomadas, pero hace unas semanas me hicieron dudar mucho de una de ellas con esta simple pregunta: ¿por qué no? Mi respuesta no se si dejó satisfecha a mi interlocutora pero yo estaba convencida de ella porque en ese momento era cierta. Y creo que sigue siendo cierta ahora, pero no estoy segura del todo. Porque como casi siempre, no estoy segura de nada.

No se si ha cambiado algo desde el momento en el que dí mi respuesta o no, o si siempre me pasa lo mismo porque tengo la madurez emocional de un hamster y termino por no saber lo que quiero, por dejarme llevar por lo que pasa. Esto me ha llevado en el pasado a circunstancias en las que no fuí feliz y no estoy dispuesta a volver a pasar por las mismas situaciones una y otra vez, porque al fin y al cabo debería aprender de mis errores y no volver a repetirlos. Aunque la teoría parece fácil la verdad es que todo se me hace difícil.

He llegado a todo esto después de ir en contra de otra decisión que había tomado previamente.Siempre igual, siempre termino yendo en contra... Estoy casi segura de lo que quiero, de lo que no quiero y de lo que no puedo soportar ahora mismo. No puedo dedicar tiempo y energías a pensar y divagar en cosas porque ahora mismo no puedo más con el trabajo y es lo único a lo que me puedo dedicar. No puedo prestarle atención a nada ni nadie que no sean mis libretas de laboratorio y mis experimentos, es triste pero es cierto. Aunque sí que es verdad que me hace algo de faltita que me presten atención a mí.

No se si siempre he sido así, pero me estoy comportando como un gato, de forma egoísta y arisca, pero cuando a mí me conviene sí que quiero que me rasquen y que me presten atención. Básicamente ese es el resumen, y por lo que estoy divagando es porque alguien me ha preguntado que ¿por qué esto es así? Y a raíz de esa pregunta en mi cabeza se agolpan muchas más ¿por qué me empeño en no comprometerme con nada más que con el trabajo? ¿por qué me empeño en alejarme de quien se me acerca? ¿y si es un error y me estoy impidiendo ser feliz?

Necesito meditar pero para eso tengo que tener un poco de paz y un poco de tiempo. El problema de mi batiburrillo de ideas y sentimientos es que en casi ningún momento de mi vida he tenido un poquito de paz para plantearme qué es lo que de verdad yo quiero. No me he dejado tiempo para pensar porque siempre estoy ocupada con algo más importante y una vez metida en la dinámica de no tomar decisiones personales siempre termino en una especie de callejón sin salida, en una suerte de espiral que no me aporta nada y en la que me conformo y me convenzo para creer que en realidad eso es ser feliz cuando no lo es.

Las únicas decisiones que he tomado con seguridad han sido las de carácter laboral. Estoy más o menos contenta de todas las decisiones de ese tipo que he tomado y en su momento dudé de muy poquitas de ellas. La pregunta que me hizo mi amiga, me la hago yo a mí ¿por qué no? ¿por qué no puedo estar segura de las decisiones personales que tomo en mi vida?

No hay comentarios:

Publicar un comentario